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La autocracia de la tecnología

Se respira una falsa percepción de democratización de la tecnología, gracias a la continua expansión de los contenidos en internet, el auge de las redes sociales y, en definitiva, la posibilidad cada vez mayor de resolver los problemas cotidianos y optimizar el trabajo de las personas a través de los recursos TI.

En el ámbito laboral, las empresas canalizan sus esfuerzos en metas más amplias e innovadoras con el punto de mira puesto en el medio y largo plazo, aprovechando que la tecnología ya permite que los empleados sean autosuficientes en sus tareas.

Las estrategias empresariales ya no son independientes y deben ir de la mano de las estrategias tecnológicas.  Es más, la tecnología se muestra como el poder ejecutivo, siendo omnipresente en todas las facetas económicas y empresariales. La competencia resulta ser una lucha en la que aquel que tiene más potencial armamentístico es el que cuenta con los recursos tecnológicos más desarrollados. Es la autocracia de la tecnología.

El potencial asusta: drones con usos infinitos, robots impulsados por IA que pueden llegar a simular sentidos humanos, ciberdelincuencia ya presente en el día a día con continuos ataques de phishing a ciudadanos de forma masiva e indiscriminada y, por supuesto, la invasión en la privacidad de las personas.

Ética de la tecnología

En el 5º curso de Ingeniería Informática estudié una asignatura llamada Ética de la Informática, que hoy en día toma más relevancia que nunca, debido precisamente al absolutismo de la tecnología.

La ética de la tecnología no debe ser un impedimento para el crecimiento y la innovación digital, pero sí debe sopesar que el objetivo final es el servicio a las personas. Además, es necesario tener en cuenta tres aspectos fundamentales adicionales a la ética:

– La accesibilidad, que sea accesible para todos.

– La funcionalidad, que satisfaga los objetivos funcionales con una usabilidad adecuada.

– La seguridad, protegiendo el acceso a la información, la privacidad y los elementos relacionados.

La importancia de estos aspectos se pone claramente de manifiesto; sin ir más lejos, son objeto principal de los servicios de aseguramiento digital como los que ofrece MTP (Digital Business Assurance), en ejemplos claros como las aplicaciones de rastreo en la reciente pandemia de Covid19.

En España se lanzó a bombo y platillo la aplicación de rastreo Radar Covid como la herramienta que ayudaría de forma significativa a paliar la expansión de contagios provocados por el virus. Impulsados por otros países como China, donde aplicaciones similares habían sido un éxito total para el control de la pandemia, el lanzamiento de Radar Covid tuvo sus reticencias desde el principio. ¿La idea es buena? Sin duda. ¿La aplicación funciona? Seguro, o por lo menos técnicamente es completamente viable.

¿Entonces que falló para que no fuera un elemento diferenciador en la lucha contra el Covid? La app tiene a la fecha cerca de 8 millones de descargas habiendo registrado solo un 0,9% de casos positivos, es decir aproximadamente 75 mil casos positivos. Si pensamos en las cifras actuales de casos en España, cerca de 5 millones, no parece que haya tenido una relevancia significativa. Así pues, aunque la respuesta puede tener muchas aristas, atendiendo a los tres factores anteriormente citados podemos dilucidar los problemas. Por otra parte, el hecho de que en países como China si haya tenido un éxito importante tiene claramente influencias políticas, culturales y la autocracia de la tecnología como telón de fondo.

No obstante, después de la pandemia todas las empresas han aprendido el camino que les muestra la tecnología de una forma u otra. El teletrabajo ha llegado para quedarse, ya sea con modelos 2-3, 3-2 o completos; ha demostrado que es posible mantener la productividad, competencia y capacidad de las empresas.

Importancia de la seguridad

Es necesario seguir aprendiendo y ahora resulta completamente necesario asegurar el modelo desde el punto de vista de la seguridad informática, muy expuesto con conexiones menos seguras y deslocalizadas del entorno seguro de la oficina, así como orientar el trabajo a resultados y objetivos, primando claramente estos aspectos sobre la presencialidad y el tiempo dedicado.

Y es que el crecimiento, el desarrollo tecnológico y la innovación deben ir acompañados de la calidad, la definición de los procesos relacionados, la comunicación y la optimización.

No tiene mucho sentido que no pueda recargar el abono transporte de mis hijos por internet o con un móvil bajo iOS. Nos encontramos en un momento en el que, en muchos casos, la tecnología es más rápida que la adaptación a la misma, y la burocracia genera una insatisfacción incompatible con el momento en el que nos encontramos.

No obstante, y pese a los problemas existentes, el reto tecnológico para todos los que nos dedicamos a ello de una u otra forma es apasionante, y es que como dijo Arthur C. Clarke, “cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.”

 

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